martes, 24 de febrero de 2015

Kidsbraining: el pensamiento lateral como llave del marketing infantil





"Toda una vida me ha costado aprender a dibujar como los niños —aseguraba Picasso—, porque yo a su edad dibujaba con un virtuosismo académico, completamente impropio de mi edad. (…) El que un simple trazo pueda representar a un ser vivo resulta magnífico".


Las personas tendemos a querer dejar atrás nuestra infancia cuanto antes, crecer, hacernos adultos. Hasta que un día descubrimos que por el camino hemos perdido a nuestro niño interior y, con él, esa chispa loca, divertida, mágica y creativa que nos hacía especiales. ¿Y qué pasa entonces?


Para realizar campañas o productos dirigidos al target infantil, tenemos que estar abiertos a pensar como ellos e incluso, algunas veces, a comportarnos como ellos. Antes de construir una estrategia o una solución, es imprescindible saber y entender cómo trabaja la mente del niño/a, adentrarnos en su cabeza, conocer sus ideas, sus insights. Naturalmente que debemos hacerlo manteniendo siempre nuestra perspectiva adulta, pero con la capacidad de conectar y empatizar de manera real con nuestro target objetivo. ¿Cómo lograrlo?

A parte de un profundo respeto e interés por el mundo de los niños, dos son las cualidades fundamentales para trabajar este segmento: conocimiento del target y pensar como ellos.


CONOCIMIENTO DEL TARGET INFANTIL

Los auténticos especialistas en marketing infantil se caracterizan por hallarse en un continuo proceso de estudio y aprendizaje del target, aplicando a su trabajo el conocimiento proporcionado por diversos campos científicos:

  • Psicología: para tratar de entender qué pasa por sus mentes. Es importante ser consciente de que la psicología de un niño de 6 años es totalmente distinta de la de uno de 8 años, y que el mensaje dirigido a uno u otro no puede ser por tanto el mismo.
  • Antropología: conocer y entender la cultura en la que se desenvuelve y crece el niño puede llegar a anticiparte intuitivamente a los resultados de un estudio cuantitativo de miles de personas difundido por un instituto de investigación.
  • Biología: para conectar con nuestro core target es imprescindible conocer en que estadio psicoevolutivo se encuentra, pues este determina sus intereses, sus necesidades, su capacidad de abstracción y de comprensión y, por tanto, el éxito o fracaso de nuestro trabajo de comunicación.
  • Sociología: saber cómo es el contexto social en el que vive y crece, su familia, su cole, su grupo de amigos, cómo emplea su tiempo de ocio, etc. Es un error habitual pensar que todos los niños son iguales, extrapolar lo que le gusta a tu hijo o (peor aún) lo que a ti te gustaba cuando eras niño. 
PENSAR COMO ELLOS: EL RETO DE RECUPERAR NUESTRO HEMISFERIO DERECHO

Si bien el conocimiento, formarse para conocer el target infantil, es una tarea relativamente sencilla, más complejo resulta nuestro segundo objetivo: pensar como ellos. Y es que, como esbozábamos en las primeras líneas, a medida que crecemos no solo se transforma nuestro físico sino también nuestro cerebro y, con él, nuestro modo de relacionarnos con el mundo que nos rodea.

Nuestro cerebro está dividido en dos: el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho, y cada uno procesa la información que recibe del exterior de forma distinta. Cada uno está relacionado con áreas y funciones diferentes. Podría decirse que ambos cuentan con su propia personalidad.

“El hemisferio izquierdo, por ejemplo, es el responsable del lenguaje verbal, de la habilidad lingüística, de la capacidad de análisis, de la resolución de problemas matemáticos, así como de la memoria y el pensamiento lógico y racional” dice Borja Vilaseca (escritor, conferencista y profesor de Desarrollo Personal y Liderazgo en la Universitat de Barcelona). “Es el más intelectual, formal y convencional de los dos; se le da muy bien absorber y almacenar información teórica y numérica, como nombres, definiciones o fechas”, por eso el hemisferio izquierdo es el más valorado y potenciado en el actual sistema educativo. “Por el contrario, tiende a controlar e inhibir los sentimientos. (…) Es muy obediente y disciplinado, y se rige por medio de normas, reglas, protocolos, leyes y procedimientos estandarizados. (…) Busca certezas y solamente se fija en la dimensión física, cuantitativa, tangible y material de las cosas. Y le cuesta mucho percibir los infinitos matices grises que se encuentran entre los extremos blanco y negro. El hemisferio izquierdo solo considera válida aquella información que pueda demostrarse a través de hechos irrefutables, resultados medibles y datos estadísticos”.

Por otra parte nos encontramos nuestro hemisferio derecho, el más original, creativo y “rebelde”. Según Vilaseca, “nos permite desarrollar la intuición, la imaginación, la innovación y el pensamiento creativo; tiene facilidad para visualizar ideas e inventar cosas que no existían y que aparentemente no eran posibles (…) en definitiva, nos nutre de confianza para atrevernos a seguir nuestra propia voz interior”.

Un estudio realizado por Beth Jarman y George Land (1993) demostró que solo un 2% de los adultos son genios desde un punto de vista creativo, mientras que la cifra a medida que estudiaban a sujetos más pequeños: el 10% de los niños de 13 a 15 años y el 98% de los de 3 a 5 años eran más creativos. Perdemos el 90% de nuestra creatividad entre los 5 y los 7 años; a los 40 años solo conservamos el 2% de la creatividad que teníamos con 5 años.

Los niños tienen una mentalidad abierta, poco parcelada. Son quienes tienen en estado más puro lo que se conoce como “pensamiento lateral”. Y eso se refleja en su actitud: tienen una necesidad interna de explorar, de probar cosas nuevas, de pensar de manera creativa y no tienen miedo al fracaso. Los adultos buscamos un resultado concreto, llegar del punto A al punto B de la manera más directa y rápida; y consideramos que ese es el único camino correcto. Sin embargo, si los niños fueran conformistas, no se arriesgarían a andar; ¿por qué hacerlo cuando ya han aprendido a moverse gateando y haber probado la primera vez que si intentaban levantarse se caían? ¿Por qué intentarlo de nuevo? ¿Por qué probar a hacerlo de otro modo?

Como dice Borja Vilaseca, “hoy por hoy, la mayoría de nosotros estamos tiranizados por el hemisferio izquierdo, y es esta descompensación con nuestro hemisferio derecho lo que impide que muchos conozcamos la forma de cultivar la intuición y la creatividad” y, por tanto, de conectar con los más pequeños.

UNA AGENCIA QUE HACE “KIDSBRAINING”

Miguel González Durán, considerado “padre” del marketing infantil en España y Director de The Modern Kids&Family –única agencia de marketing y comunicación del país especializada en niños adolescentes- considera que  “hay un montón de cosas que podemos (y debemos) re-aprender de los niños y de su actitud ante la vida; por eso, basamos nuestro trabajo en una metodología propia que imita los procesos cognitivos y creativos de los niños; es lo que nosotros llamamos Kidsbraining”.



La agencia define así esta metodología diferenciadora:

  • Usamos el llamado pensamiento lateral para, como los niños, superar los límites del pensamiento lógico y poder ofrecer a nuestros clientes soluciones originales, creativas y diferentes.

  • Dejamos que nuestra imaginación cree sin límites, sin vergüenza, sin miedo. Como dice Ken Robinson (educador, escritor y conferencista británico) “todo niño es un artista: porque cree ciegamente en su talento, porque no tiene miedo a equivocarse; luego, el sistema les va enseñando poco a poco que el error existe y deben avergonzarse de él”.

  • Como los niños, no hemos perdido nuestra capacidad de sorprendernos y de sorprender. El mundo está lleno de cosas maravillosas y creemos que siempre podemos aprender o crear algo nuevo.

  • Ponemos pasión en lo que hacemos. Igual que los niños cuando juegan, corren o están con sus amigos, abordamos cada proyecto con toda nuestra energía y pasión.

En TMK&F también invitamos periódicamente a niños y adolescentes a nuestras oficinas. Como dice el divertido actor John Cleese: “Si quieres trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar”. Por eso pasamos tiempo con ellos riendo, jugando, co-creando y aprendiendo de primera mano qué es lo que les gusta y cómo conectar con ellos. Además hemos creado conjuntamente con la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense el laboratorio de investigación de tendencias Youth Thinkin’, que cuenta ya con más de 150 escuelas colaboradoras de todo el país, más de 30.000 alumnos y más de 2.250 profesores, para conocer de primera mano y de manera constante todo lo relativo al target infantil y adolescente.

jueves, 19 de febrero de 2015

Los nuevos retos de las apps infantiles




 “¿Puedo jugar con la tablet?” ¿Cuántas veces nuestros hijos o sobrinos nos han pedido un juego con el que poder jugar en los dispositivos móviles? Un juego con el que entretenerse, interactuar, e incluso compartir con el adulto.

Hay mucha demanda, pero cada vez hay más oferta. De un tiempo a esta parte es una preocupación creciente de los padres el instalar aplicaciones de calidad que puedan disfrutar los más pequeños, pero cada vez más y más apps inundan las stores y cada vez es más difícil elegir de entre todas cuál se adapta mejor a las necesidades de hijos y padres. Ahora mismo es un reto para un creador de apps poder hacerse hueco entre esta vorágine y destacar para que su producto sea el más rentable, el más exitoso, o el mejor valorado.

Así, cada app debe competir por tener más estrellas, por ser más vistosas, por tener los mejores comments de unos usuarios cada vez más selectivos que comprueban las opiniones antes de realizar la descarga o compra.

Hace un mes hemos podido ver a través de Frikids que ya se comercializa la interesantísima herramienta Ender Metrics, que mide y analiza el aprendizaje de los niños en apps infantiles, y esto nos ha hecho reflexionar sobre qué aspectos buscan en una app tanto padres como hijos.

¿Qué buscan los padres en una app para sus hijos?

En primer lugar cada vez toma más importancia que sea educativa o desarrolle habilidades. De alguna manera se busca una rentabilidad en la descarga, más allá de que el niño se entretenga. Por ello, la relación calidad-precio es muy valorada, y de esta manera los padres no suelen hacer ascos a pagar por una app para sus hijos antes que para una que vayan a utilizar ellos mismos siempre y cuando esta calidad-precio compense.


Cada vez es más frecuente encontrar usuarios que llegan hasta una app por una recomendación, ya sea por el familiar o amigo de turno como por un post de algún blog reconocido, y por supuesto, una vez en la página de descarga de la aplicación cada vez son más usuarios los que invierten su tiempo comentando y leyendo comentarios, o simplemente, viendo el puntaje de valoración que tiene la app.



El diseño no siempre es la clave, pero unas bonitas ilustraciones, un diseño limpio e intuitivo, ayuda a dar el primer guiño que seduzca al usuario.

Que no le consuma mucho tiempo al niño y que marque los tiempos de juego es vital.  Un juego adictivo y eterno tiene todas las papeletas para que a la primera oportunidad el progenitor la desintale ipso facto. Aunque a veces se cometa el error de dejar a las tablets como niñeras, a todo padre le gusta que su hijo disfrute del juego en el mundo real, y de hecho, las apps que empiezan a unir ambos mundos mediante la realidad aumentada están teniendo buenas valoraciones. Mirad, sin ir más lejos el weareable de Hybrid Play en este video:




Por supuesto el niño tiene que disfrutar de la app y manejarla solo, si no ¿para qué bajarla? Y para ello debe ser segura, prefiriendo que no tenga anuncios ni compras Premium y un buen control parental. Pero también cobra importancia que la app mantenga una puerta abierta para que el adulto pueda acompañar al niño si así lo desea, pudiendo disfrutar de compartir un momento divirtiéndose juntos.

Finalmente existen otros pluses que entran dentro de un control adaptado. Es decir, la posibilidad de subir, bajar o quitar el sonido, subtítulos, idiomas, o adaptación a discapacidades.

¿Qué buscan los niños en una app?

Es básico, pero hay que decirlo: que sea divertida (aunque eso tan solo es el primer peldaño). Una vez que conocen la aplicación, los niños buscan los retos y el descubrir y experimentar emociones y situaciones de la vida cotidiana. Así, conectar con los personajes o con las acciones que realizan, bien porque las reconozca como algo cercano o porque sea aspiracional.

De esta manera, el que pueda compartir el juego con un adulto también es un aspecto a destacar, como el que sea ampliable, de manera que cada cierto tiempo tenga cosas nuevas que descubrir.

La creatividad y la monotonía van extrañamente de la mano. Por un lado, la primera es muy valorada y buscada, pero cuanto más pequeños son, la monotonía ayuda a que se sientan en un entorno seguro, en el que saben lo que va a pasar, en el que sienten que no va a salir nada mal.

Para finalizar, y aunque parezca una tontería, el icono de la aplicación influye mucho. Que sea colorido, o que simplemente tenga un animalito ya te da puntos para que el niño pida a su padre abrir una aplicación antes que otra.
  
La fórmula mágica

¿Hay una fórmula mágica? Por supuesto que no. No es raro encontrar aplicaciones de lo más sencillas, con malas ilustraciones y prácticamente carentes de contenido que fascinan a grandes y pequeños (véase cómo comenzó el fenómeno Pou), y apps de grandes presupuestos que se quedan en nada. Al final, la fórmula, aunque no es exacta, pasa por crear y medir, crear y medir, de manera que con cada intento aprendamos algo nuevo, y por supuesto, del elemento meramente “circunstancial”, es decir, presentarse en el sitio adecuado en el momento adecuado.


¿Qué ejemplos conocéis vosotros?

lunes, 2 de febrero de 2015

El turismo familiar pasa de puntillas por FITUR


Fitur 2015

La Feria de turismo FITUR ha cerrado su 35 edición con 225.000 visitantes y un 12% de crecimiento en visitantes profesionales internacionales.

Si bien se sabe desde hace años que el turismo es uno de los pilares económicos más importantes de nuestro país, no lo es tanto el peso que dentro de él tiene el segmento familiar, que sigue sin recibir la importancia que merece: la mitad de los turistas vacacionales que recibe España son familias, una proporción que se eleva a un 60% en Cataluña, pionera en Europa en la creación de una marca certificada de destinos de turismo familiar, Destino de Turismo Familiar (DTF).

El turismo es un segmento especial en alza como cada vez más empresas y destinos son capaces de ver. Como el Ayuntamiento de Sevilla, que el pasado verano centró su campaña de promoción turística en las familias como principal público objetivo, sirviéndose por ejemplo de las posibilidades que ofrecen las redes sociales para difundir un vídeo promocional protagonizado por los gemelos Daniel y Jesús Oviedo, conocidos como 'Los Gemeliers', cantantes de 15 años que se han convertido en todo un fenómeno fan para los adolescentes de nuestro país.


Se trata de un segmento muy particular, en el que los niños son el eje central. Algo que Walt Disney sabía muy bien cuando ideó los parques temáticos de sus personajes: “Crea un lugar donde los niños quieran ir y los adultos les seguirán”. Según Miguel González, director de The Modern Kids&Family (agencia de comunicación y marketing especializada en niños y familias), en una sociedad donde los niños son los reyes de la casa, sus gustos y necesidades condicionan en buena medida las vacaciones de sus mayores, de ahí que las empresas del sector se esfuercen en crear productos especialmente diseñados para ellos. Esa es una de las peculiaridades del turismo familiar: el producto (hoteles tematizados, mini clubes, menús infantiles…) suele ser más importante que el propio destino a la hora de tomar la decisión de compra. De ahí la importancia de conocer bien al target.


Al igual que ocurre en Cataluña con la ya mencionada marca certificada DTF (Destino de Turismo Familiar), para obtener el Sello de Turismo Familiar -creado por la Federación Española de Familias Numerosas para identificar y promocionar los mejores lugares para disfrutar del turismo en familia- se deben cumplir una serie de requisitos en cuanto a oferta de actividades, instalaciones y servicios que deben estar siempre orientados a las familias con niños.

A pesar de que algunos destinos avalados con este sello han contado con stand propio en FITUR (el Ayuntamiento de Toledo, Val d’Aran, Peñíscola, Pullmantur, Iberostar Hotels&Resorts, Marina D’Or, RuralSuite, Museo Thyssen-Bornemisza, Sendaviva), el turismo familiar parece seguir relegado a un segundo plano en una Feria que se supone gran catalizadora del negocio turístico internacional. ¿Cómo explicar si no que dentro del programa de actividades y jornadas técnicas no haya habido ninguna dedicada específicamente a este segmento? Si bien se pudo asistir a sesiones como “FiturGay”, “FiturSalud” o “FiturGreen”, no hubo ninguna “FiturFamily”.

Como recientemente decía uno de los responsables de Turismo a nivel autonómico: "Si queremos un turismo de calidad, es necesario hacer una apuesta por la singularización y especialización, como es el caso del turismo familiar".
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