Llevamos un tiempo observando cómo las jugueteras se van
modernizando, añadiendo poco a poco más juguetes y gadgets tecnológicos, pero podríamos decir que hace falta algo más...
Si queremos una buena difusión de la marca no podemos quedarnos en hacer
juguetes, o simplemente estar en las redes sociales: hay que ofrecer
verdaderas experiencias. Si partimos de esta premisa, ¿qué opciones de negocio podrían tener?
PRODUCCIÓN DE
CONTENIDOS TRANSMEDIA
Mattel, con su Play Ground Productions es un gran ejemplo de adaptación. Los niños son seres
audiovisuales, y aunque juegan con juguetes, están influidos al igual que los
adultos por todas las pantallas que les rodean en su día a día. ¿Por qué no
introducir a sus juguetes preferidos en esas pantallas? ¿Por qué no “regalarle”
a ese pequeño fan una verdadera experiencia transmedia que, en un futuro, se
traducirá en más ventas? La transformación de las jugueteras en productoras de
contenidos y generadoras de licencias es un paso necesario, como ha podido comprobar Famosa que, con buen criterio, comienza a caminar en
esa dirección.
PARTICIPACIÓN ONLINE
No basta con estar en las redes sociales o tener una web,
hay que mover a la comunidad, ofrecerles contenidos nuevos, atractivos y que
les permitan interactuar. Hay que dar un paso más, y ser un verdadero canal que les escucha y comparte sus
inquietudes y que a la vez transmite inequívocamente los valores de marca.
DISFRUTAR DE LA MARCA
EN LA CALLE
Una buena campaña online con la participación activa de unos
fans que valoran la presencia de la marca en la nube está muy bien, pero saber
hacer buenas acciones off enfocadas en el público infantil se está olvidando.
El generar un espacio en el que se recree la experiencia de
marca, o incluso que permita vivirla, compartirla o probarla, de una manera
divertida y enfocada al juego puede llegar a generar un gran impacto.
EL FUTURO TECNOLÓGICO
La mirada al futuro quizá es la pata que más cojea en las
jugueteras. Pocas se lanzan a hacer verdaderas innovaciones, y más allá de la
evolución en juguetes educativos, ecológicos, o la lucha contra el sexismo en
sus productos (cambios que se van realizando poco a poco), existe un futuro
relativamente cercano que puede que devore parte del mercado en cuanto nos
despistemos: las impresoras 3D y los weareables.
Al igual que ya hemos vivido el paso de tener un móvil
familiar a uno por cada miembro de la familia, o el paso de la tablet como un
gadget adulto a ser uno de los productos más vendidos para niños, no sería raro que en unos años una familia
media pudiera tener una impresora 3D en su misma casa. En esta web, sin ir más
lejos, nos presentan una nueva app que nos permite crear los diseños de
nuestros propios juguetes para luego imprimirlos en 3D ¿ciencia ficción? No, ya
lo estamos viviendo.
Tampoco podemos perder de vista a los weareables, que ya
empiezan a pisar fuerte mostrando multitud de posibilidades con las que el niño
ya no solo puede estar “monitorizado” si no que además puede ser un elemento de
juego más.
Como podemos ver, no son pocas opciones, y abren todo un
mundo de posibilidades que ofrecen al usuario una manera de acercarle y
experimentar la marca diferente y más cercana a su realidad e intereses. ¿Cómo
lo veis?