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“Nunca antes el futuro influyó tanto en el presente”.
Aún corriendo el riesgo de la equivocación, que todo es posible, analizando el panorama actual del mercado socioeconómico y desde el punto de vista del que esto escribe, me atrevo a predecir algunas de las tendencias del mercado infantil y adolescente en lo próximos años.
Seguro que con lo que aquí escriba no estaré descubriendo la pólvora, pero como me gusta compartir con mis lectores (en el caso de tenerlos), las ideas que me rondan la cabeza, aquí está ...
1.- El éxito de los productos para niños vendrá marcado por la creación de valores adicionales y por la capacidad de la multifuncionalidad. Las generaciones actuales y venideras se distinguen y distinguirán por la inexistencia de la unidireccionalidad; más bien todo lo contrario, la capacidad de observación y elección en 360 grados.
En lo que se refiere a valores añadidos, asistiremos a una práctica generalizada del licensings de marcas de todos los ámbitos. Marcas existentes y otras creadas ex-profeso. Pero algo realmente interesante es que, muchas de esas marcas, ampliarán su presencia a otros sectores que no les son propios: del juguete a la moda o de la alimentación al automóvil.
2.- Mayor consumo de productos de alimentación elaborados desde el punto de vista más nutricional.
Es evidente que el nuevo estilo de vida, con poco tiempo para preparar la comida a los niños, y las nuevas preocupaciones por la salud, implicarán un consumo de productos de alimentación que conjuguen el “listo para comer” con menús equilibrados.
3.- Los automóviles destinados al target familiar incorporaran cambios profundos en su habitabilidad. Y es que, si tenemos en cuenta el tiempo que pasamos en el vehículo con nuestros hijos, nos hacemos una idea de que, en muchas ocasiones, nuestro coche es una continuación de nuestra vida familiar, un segundo hogar.
Si hace algunos años el problema eran las distancias largas y el aburrimiento de los menores y lo resolvimos con las pantallas de dvd, ahora se irá un poquito más lejos para responder a las nuevas necesidades. Así, se buscarán tapicerías resistentes a las manchas u olores, posibilidad de disponer de agua fresca en el automóvil o dispositivos multiconexión.
4.-Dispositivos electrónicos más sencillos, más intuitivos, con más funciones, con elección y configuración personal de la estética de cada uno de ellos según el portador del mismo.
5.- Los destinos vacacionales de la familia se elegirán por la presencia o no de actividades y/o servicios pensados por y para los niños.
La familia piensa en vacaciones con la mirada puesta en los niños, los criterios que primaran a la hora de elegir destino u alojamiento serán aquellos que dispongan de una oferta de servicios que genere comodidad en la familia, divertimento en los niños, tranquilidad en los padres.
Hoteles con:
Habitaciones más grandes
Con canales temáticos
Con videoconsolas
Con monitores/cuidadores
Con microondas en las habitaciones
Con calienta biberones
Viajes con: monitores-animadores, con actividades pensadas para los niños.
6.-Toma de decisiones empresariales
Los proyectos de I+D se hacen necesarios en la creación de nuevos productos. I+D que vendrá configurado desde la “conversación” entre el cliente y la marca. El producto será el resultado del diálogo entre iguales.
El niño y adolescente se convertirán en protagonistas de las decisiones estratégicas y de futuro. El poder de estos en las decisiones familiares, el conocimiento que tienen sobre la gama de productos existentes en el mercado, la claridad de ideas que poseen sobre los valores que deben tener los productos y las marcas, hacen de ellos sujetos activos e interlocutores necesarios para todos aquellos que deseen construir fortalezas con los consumidores. La marca se adaptará y se amoldará a los consumidores. Nuevos productos para nuevos tiempos. Las decisiones empresariales tendrán que ser tomadas escuchando al consumidor de manera activa y en los soportes en los que son habituales.
7.- La Educación
La enseñanza verá también algunos cambios que ya empiezan a vislumbrarse. Una mayor participación de la empresa y las marcas en los procesos de aprendizaje de los alumnos de secundaria y una mayor colaboración con los centros escolares en el desarrollo de asignaturas de carácter ciudadano como la educación para el consumo o la educación medioambiental.
Las marcas dirigidas al target infantil y adolescente deberán aprender a hablar y conectar con el mundo de la escuela para ofrecerse como “colaboradores” de la comunidad educativa en la educación de los consumidores responsables y ciudadanos del siglo XXI.
8.- EL PUNTO DE VENTA
Los espacios de venta del público infantil sufrirán una evolución pensando en el usuario. Deberán ser espacios polifacéticos. Pensando en el target familiar y atenderle de forma integral.
9.- LOS SOPORTES
Asistiremos a un cambio en la forma de ver la televisión y de percibir la marca y el producto por su presencia mediática. Televisión, Internet, móvil o consolas convivirán con el renacer del espacio lúdico de la calle y las nuevas catedrales del consumo que son los centros comerciales.
La calle, ese espacio que empezábamos a olvidar gracias a todos los datos que nos hablan del consumo de pantallas, volverá a adquirir un protagonismo especial de la mano de la pandilla y de la administración pública que apostará por la creación de espacios multifuncionales al aire libre; Wifi, juegos, etc.
10.- LA COMUNICACIÓN MARCARÁ LA DIFERENCIA.
Aunque parezca una obviedad decir esto, es necesario, una vez más, certificar una realidad contundente: los niños y adolescentes son los mayores consumidores gourmet de la publicidad y de todo lo que a ella le incumbe. Y la lectura de ello es que las marcas y sus productos podrán ser muy novedosos, pero, si no comunican correctamente, “nafti de plasti” (como me decía Guille, un chaval de 11 años en un focus group reciente).
La comunicación marcará la diferencia entre marcas y productos y deberá impregnar todas las decisiones de marketing; precio, punto de venta, envase, producto, imagen social. Deberá comunicar lo mismo y ser coherente en el tiempo.
La comunicación del producto deberá contemplar un “kit emocional”: humor, diversión, sorpresa, un poquito de trasgresión y un poco de razón con respecto al precio.
Como he comentado al inicio de este artículo, estas diez tendencias son las que veo que pueden darse, pero, como decía una pintada en una calle de Santiago de Chile, “Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”… y esto se hace realidad cuando hablamos de niños y adolescentes.
Todo un reto ¿no les parece?
Miguel González
Director de Arista Kids & Teens
mgonzalezduran@arista.es
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