En los últimos tiempos, quizá por la situación de crisis o,
más bien, por la revolución digital que vivimos, cada vez es más común oír
hablar sobre cultura emprendedora. El emprendimiento está de moda y tiene mucha
cabida en el panorama actual. Cada vez son más frecuentes las noticias sobre
emprendedores precoces que, sin haber superado la adolescencia, consiguen
contratos millonarios gracias a sus creaciones. Así, es normal que se genere
una gran sensación, casi una cultura, en torno al emprendimiento. La cultura
emprendedora es un valor que se quiere potenciar y, si puede ser, cuanto antes.
La gran creatividad por la que se caracterizan los niños tiene en este ámbito
un potencial ilimitado.
El desarrollo de las competencias necesarias para el
emprendimiento y el fomento de la cultura emprendedora cada vez más es un
objetivo a introducir en la escuela. La educación emprendedora promueve el
desarrollo de habilidades muy valiosas para el niño como el aprendizaje, la
creatividad, el conocimiento del entorno productivo, destrezas y competencias,
etc. Por ello, múltiples proyecto tratan de llevar la cultura emprendedora a la
escuela. En ocasiones, son las mismas escuelas las que desarrollan un proyecto
con este objetivo pero, cada vez más, fundaciones, entidades públicas e,
incluso, el Ministerio de Educación ponen en marcha programas para impulsar el
desarrollo de la actividad emprendedora en la escuela. Pero la escuela no es el
único lugar donde promover la educación emprendedora: campamentos, talleres,
concursos y ferias proponen actividades encaminadas a acercar a los más
pequeños la cultura de la innovación y el emprendimiento. Porque a emprender,
se aprende.