La importancia de la "Educación para la gastronomia" en los niños, está cada vez más en auge. En Gran Bretaña ya es una asignatura obligatoria, y según los expertos, también debería serlo en España. Tras la celebración del Salón Gourmet en la Casa de Campo, hemos localizado un artículo que puede resultar interesante.
Los niños en la cocina...
Casi 1.000 niños han pasado estos últimos cuatro días por el Salón del Gourmet, en la Casa de Campo. Han aprendido a distinguir una dorada de un rape, y también la casi infinita variedad de pescados con los que se puede disfrutar (sí, disfrutar) en la mesa.
La iniciativa surgió a raíz de los alarmantes datos sobre el consumo de pescado entre los escolares. En el colegio lo toman 1,73 veces por semana, frente a 2,61 raciones de carne. Y ojo, las raciones son de 103 gramos como media y el 24% no se lo termina.
Paco González es pescadero: “Les sorprende ver que hay tantos tipos distintos de pescado”, afirma mientras muestra a los chavales los cangrejos y las merluzas. Para la cocinera Rosi García, la forma en que más gusta el pescado a los chicos es “fresco”, aunque tiramos de precocinado “porque es más cómodo y así se lo comen sin protestar”. La falta de tiempo de los padres y las pocas ganas de discutir a la hora de la cena hacen el resto. “A mí no me gusta”, asegura una pequeña de nueve años. A su lado, su compañera lo encuentra sabroso, “pero mi padre es carnicero, y claro…”. Máximo Díaz es el secretario de la Cofradía de Pescadores de Celeiro (Lugo), y reconoce que enseñar a los pequeños los aparejos utilizados para la pesca “es fascinante”.
“Sólo tres de los 1.000 niños que han venido sabían para qué servía la aguja de coser las redes: dos eran de Galicia y uno había estado allí”. Todos coinciden en que la “educación para la gastronomía” debería ser, también, una asignatura obligatoria.
La iniciativa surgió a raíz de los alarmantes datos sobre el consumo de pescado entre los escolares. En el colegio lo toman 1,73 veces por semana, frente a 2,61 raciones de carne. Y ojo, las raciones son de 103 gramos como media y el 24% no se lo termina.
Paco González es pescadero: “Les sorprende ver que hay tantos tipos distintos de pescado”, afirma mientras muestra a los chavales los cangrejos y las merluzas. Para la cocinera Rosi García, la forma en que más gusta el pescado a los chicos es “fresco”, aunque tiramos de precocinado “porque es más cómodo y así se lo comen sin protestar”. La falta de tiempo de los padres y las pocas ganas de discutir a la hora de la cena hacen el resto. “A mí no me gusta”, asegura una pequeña de nueve años. A su lado, su compañera lo encuentra sabroso, “pero mi padre es carnicero, y claro…”. Máximo Díaz es el secretario de la Cofradía de Pescadores de Celeiro (Lugo), y reconoce que enseñar a los pequeños los aparejos utilizados para la pesca “es fascinante”.
“Sólo tres de los 1.000 niños que han venido sabían para qué servía la aguja de coser las redes: dos eran de Galicia y uno había estado allí”. Todos coinciden en que la “educación para la gastronomía” debería ser, también, una asignatura obligatoria.
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