martes, 1 de abril de 2008

Los niños, esos grandes desconocidos


En esta ocasión, hemos encontrado un interesante artículo que cuenta cómo cuando los productores de los Teletubbies presentaron su programa a las grandes cadenas de televisión, éstas lo rechazaron horrorizadas. Posteriormente tuvieron que asumir que se habían equivocado y que desconocían los gustos del público infantil.

Fuente: Ferrepress.com


Durante el año 1995 una pequeña compañía de producciones audiovisuales creada en 1984, Ragdoll Productions UK, decidió invertir todo su pequeño capital en algo que ningún productor senior, en su sano juicio, hubiese aprobado. Ragdoll contrató a un equipo de 3 psicólogos, 3 sociólogos y 2 puericultores para estudiar en profundidad el comportamiento y las preferencias de un segmento de población que nunca las había podido expresar de una forma metódica: los niños de 0 a 3 años. A finales de 1995, Ragdoll empezó la filmación de un primer capítulo para una serie infantil.

Tras numerosas pruebas y ajustes, y con el exiguo presupuesto que les quedaba, lograron obtener una primera maqueta, de 15 minutos de duración y de muy bajo coste de producción. Anne Wood (Directora Creativa de Ragdoll) y Andrew Davenport (Guionista del producto), tras comprobar el efecto que producía la maqueta sobre la muestra de niños , decidieron presentarla a la British Broadcasting Corporation (BBC) y proponer que fuese emitida, a prueba, en un horario compatible con el del público infantil.

El Director de Programas Formativos de la BBC, tras contemplar 10 de los 15 minutos de la maqueta (ni siquiera consintió verla completa), quedó realmente horrorizado. Aunque esto nunca se comentó posteriormente, el directivo argumentó que aquella filmación era el rollo más espantoso que había visto jamás, que no era formativo en absoluto (más bien es deformativo, dijo) y que sería muy contraproducente su visión por niños acostumbrados a películas tan bien realizadas como, por ejemplo, las de la factoría Disney. Se negó rotundamente a hacer ninguna inclusión en la programación de BBC 1 o BBC 2. Wood le insistió en el exhaustivo estudio de Ragdoll y los resultados sobre la muestra infantil, pero el directivo de la BBC no dió su brazo a torcer: aquel engendro no sería emitido por ninguna TV pública británica.

Entonces Wood, persona insistente por naturaleza, averiguó si el citado directivo tenía hijos pequeños. No le fue difícil, puesto que el mundillo de producción audiovisual británico era relativamente limitado: el profesional de la BBC tenía un hijito de casi 2 años, David, que iba a una guardería de Hampton Court. Aunque Anne Wood desconocía este detalle, lo cierto es que David era un verdadero terremoto en casa: no dejaba descansar a sus padres en ningún momento, ni de día, ni de noche. Wood averiguó también la fecha de su cumpleaños y le remitió una cinta de video con la maqueta a la madre de David. La grabación estaba envuelta en un paquete de vivos colores y con una tarjeta que, escrita con letra muy redonda, decía: Feliz Cumpleaños de parte de los papás de tu amigo John. A la madre de David no le sonaba que su hijo fuese a la guardería con ningún John pero, en todo caso, abrió el regalo y le puso la cinta a David, casualmente cuando su esposo aun no había regresado de su trabajo, en el edificio corporativo de la BBC.

David, que en ese preciso momento no dejaba de berrear, quedó como hechizado en cuanto vio las primeras imágenes. Boquiabierto, empezó a aplaudir, a reir, y se quedó los 15 minutos absorto y encantado, sin moverse del sitio, viendo entre sonrisas aquel engendro. Cuando la cinta terminó, David volvió a llorar hasta que su madre rebobinó la grabación y volvió a ponérsela. Y así hasta que se fue a la cama. Vaya por delante que el directivo de la BBC consideró una sucia estratagema la jugada de Wood pero los hechos son que, ante el comentario tajante de su esposa (Me importa un pimiento lo que tú o yo pensemos de estos muñecos: a David le gustan y, a cambio, nos deja vivir un rato. Nunca había visto nada igual), decidió emitir la maqueta, incluyéndola en la franja horaria infantil de la BBC 2, como una parte muy pequeña de un programa mucho más largo.

Sin ningún tipo de publicidad ni autopromoción (nunca la ha necesitado para este producto, ni entonces, ni ahora), la BBC recibió unas 350 llamadas el mismo día de la emisión, preguntando si esa cinta podía ser adquirida en algún video club. Creo que todos los padres con niños pequeños conocen en carne propia la medicina balsámica de Los Teletubbies, esos engendros horribles que hacen las delicias de los niños de 0 a 3 años.

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